Las flores

Quizás sería a finales del 77 cuando nos hicieron esta foto en el mirador de la Torre Latinoamericana, quizás Noviembre o incluso Diciembre. Detrás se alcanza a intuir levemente la ciudad aunque no creo que sea por la contaminación que se ve asi, quiero pensar que eran nubes. Y lo que más puede llamar la atención de la imagen no es mi gorro de marinerito ni tu peinado de "micrófono", sino a lo que parece que está apuntando el dibujo de la blusa de mi Mamá.

Soy tu destino



Tengo que preguntar a mi Mamá si ésta foto fue antes o después de que yo naciera. Supongo que después. Y es una de mis favoritas. Parece ser un barco, pues la gente detrás mira hacia abajo, pero tampoco estoy seguro. Me gusta por la sensación que me transmiten sus caras y porque creo que en ella se muestra lo mismo que siempre he sentido con respecto a los demás. El estar en un mundo diferente, con la gente al rededor, la familia, los amigos, compartiendo experiencias comunes con ellos pero, al igual que todos, en un mundo aparte, nuestro propio mundo.

El niño que fui ayer

Una de las cosas que más recuerdo compartidas contigo, aunque muy vagamente quizás por la edad que yo tendría, son las tardes, alrededor de las 7 y probablemente en la casa de San Ángel, con aquella cama redonda (así la llamábamos nosotros aunque la palabra correcta sería circular); antes o después de cenar, ponernos a ver los Muppets. No recuerdo si Beny también lo veía pero si yo era chico ella debía ser una bebé todavía, y a mi mamá nunca le han gustado tanto y ya sea que estuviera preparando la cena o arreglando cualquier otra cosa en la casa.


Me acuerdo que te sentabas recargado a la pared en una almohada y yo me sentaba entre tus rodillas, y en frente la televisión. A mi me gustaba el Show de los Muppets, no sé a ti, pero si no, era algo que sabías que me gustaba y compartías conmigo. Recuerdo haber visto precisamente el programa donde salen los personajes de la Guerra de las Galaxias. Quizás, y gracias a "Cerditoos en el espacioooo", surgió un juego entre nosotros que lo llamábamos "la nave espacial". Cuando Beny creció también se montaba en la nave y nos turnábamos. Y el juego consistía simplemente en que sentados entre tus piernas como expliqué antes nos movías de un lado a otro, simulando que íbamos en una nave; entre más rápido y fuerte movías las piernas con nosotros sentados en medio más crecía la diversión.



En ese programa precísamente se unían dos de las cosas que hasta ahora me persiguen. La primera, como ya te dije, era Peggy, René y todos los demás; y en segundo lugar La Guerra de las Galaxias. Pero hablaré de ello en alguna otra ocasión, pues son varios los recuerdos que tengo al respecto.



Los Muppets, desde entonces han formado parte importante en mi vida, a tal grado que... me he mimetizado. E incoscientemente he arrastrado, sin ella quererlo ni temerlo, a Beny, que ha tenido que sufrir en sus carnes toda mi "obsesión" por el mundo Muppetil. Lo que ella no sabe es que en el fondo también es uno de ellos, lo puedes comprobar en las segunda foto. En la primera están mi mamá, tú y el primer Muppet de la famila, yo. Lástima que en una foto no aparezca lo que los fotografiados estaban pensando en el momento de la instantánea, pero en esta lo he descifrado, lo leo en sus ojos... "¡¡Dios mío, hemos creado un Muppet!!".



El segundo Muppet de la familia


El niño que fui ayer (Shuarma)

Volver a comenzar

Esta mañana me desperté, minutos antes de que sonara el despertador, con una idea fija en la mente. Los años van pasando y sin darnos cuenta dejamos atrás, en lo más profundo de la memoria, algunos recuerdos importantes de nuestra vida que nos han traído hasta aquí. Cuando la vida de alguien trasciende del plano material y deja de habitar un cuerpo físico, se detiene al instante la forma de poder guardar todo lo vivido. Y los que nos quedamos aquí tratamos de no olvidar.

Papá, te recuerdo... luego, existes. Y como desde donde debes estar miras nuestra vida pasar, ahora yo, desde hoy, voy a escribir los momentos de mi vida compartidos contigo para que no se pierdan. Es la idea con la que me despertaste esta mañana.

Espero que Mamá y Beny me refresquen la memoria de vez en cuando para poder escribir más cosas.

Nuestro primer vuelo en avión.

Como en esta foto, y hasta hoy, los cuatro, nunca hemos dejado de volar juntos. Todavía sigo pidiendo ventanilla.


Volver a comenzar (Café Tacvba)