Suéñame Quintana Roo



Desde que llegamos a Cancún, todas las mañanas mi Mamá ponía el radio y como a las 6 se escuchaba siempre la misma canción, era como un himno, la letra describía perfectamente lo que tenía ese lugar y lo que nos hacía sentir a todos los que ahí vivíamos y conocíamos.


Cierra los ojos

Esa tarde me quedé esperando a que volvieras con Beny. Era jueves, como hoy. Dieron las 9 de la noche y nada, después de hacer la tarea, cenar algo y ver un poco la tele me preparé para ir a dormir, ya llegarían. Antes de acostarme dejé prendida la luz del cuarto de ustedes para que cuando llegaran no encontraran todo a oscuras. Y me dormí.

Joven aun


Cincuenta y nueve años y una buena forma de no envejecer, físicamente hablando. Nada de cremas rejuvenecedoras, ni cirujías estéticas, ni tintes para ocultar las canas. La primera no se escoge y la segunda, hay que tener dinero, ganas y tiempo para llevarla a cabo y no tirar la toalla en el intento, cuando ya no hay remedio y justo antes de parecer caricaturas de nosotros mismos.