Eternamente inocente

En estos poco más de veinte años que han pasado, desde que te fuiste, muchas veces te has puesto en contacto conmigo. Cuando algo de importancia me preocupa, inexplicablemente siempre sucede lo mismo. Estoy dándole vueltas al asunto en la cabeza y de repente escucho a un pájaro. No el trino de un pájaro, sino ese ruido casi inaudible que hacen, no sé explicarlo bien.

Ahora ya lo sé, pero las primeras veces buscaba hasta encontrar de dónde venía ese sonido. Y nunca falla, siempre es un pájaro posado en la ventana o en el balcón, cerca del cristal. No busca comida, simplemente está ahi por un buen rato, como tratando de mirar si lo he visto. Me quedo quieto mirándolo desde dentro para no espantarlo. Y cuando ha piado todo lo que tenía que piar se va volando.

Yo aprendiendo el lenguaje de las aves (gallinas en este caso)

No sé desde cuándo me pasa esto, pero sigue ocurriendo y en cualquier sitio que me encuentre. Como ya te he dicho, cuando algo realmente me tiene preocupado o inquieto. Es entonces cuando viene tu "mensajero" y me dice que no debo preocuparme por nada. Con el vuelo se lleva todas las preocupaciones y me deja la tranquilidad de saber que desde donde estés sigues cuidándonos.


Yo, años después, haciendo un master

Pero esa no es la única forma en que te pones en contacto conmigo. La más común es en sueños. Y hay uno que recuerdo muy bien y lo tuve hace ya por lo menos unos 15 años. Iba yo caminando por la calle, cualquier calle no reconocible para mi en ese momento; de pronto te vi caminando a lo lejos y te ibas acercando. Fue una emoción muy grande cuando ya te tuve cerca y comprobé que eras tu. Te dí un abrazo muy fuerte y no pude contener las lágrimas, a lo que tú respondiste, en un tono muy calmado: "no te pongas asi, ¿qué no sabes que no me he ido?".

Esa frase, como es lógico,  me reconfortó en ese momento, pero también me hizo pensar en otra cosa. De vez en cuando vuelvo a retomar la idea, y me gusta hacerlo, con los años se ha vuelto algo entretenido por decirlo de alguna manera. La historia sería la siguiente:

En algún momento de tu vida alguien te propuso un trato a cambio de algo. Tenía que ser muy importante para aceptar el trato a cambio de las condiciones que te ponían. Y esas condiciones eran que dejaras todo lo que tenías, tu vida en general, olvidarte de familia, amigos, país, todo;  como en las mejores películas de conspiraciones, detectives y pactos de honor. Cambiarían tu identidad y como parte del trato a nosotros nos protegerían sin que nos diéramos cuenta... y de por vida.

Las circunstancias te obligaron a aceptar y sólo poca gente sabía el secreto de lo que pasaría, algún familiar o amigo, pero que no descubriría la verdad llevándosela a la tumba mientras tú, por tu parte, iniciabas una nueva vida en cualquier otro lugar.

Tú con unos amigos, la noche que se firmó el Pacto

Por tu parte, después de dejar todo, la única condición que pedías era que te mantuvieran informado de todo lo que hacíamos en nuestras vidas, incluso acercarte a nosotros disfrazado pero siendo vigilado muy de cerca para que no intentaras descubrirte frente a nosotros contándonos la verdad. Algo parecido al Show de Truman cuando éste ve a su padre subirse en un autobús. Y con aliados o gente compinchada para interactuar con nosotros en algún momento de nuestras vidas enviándote información; convirtiéndose en amigos, profesores, alguien en un autobús que nos mira fijamente y más gente que ni siquiera nos imaginamos.

Con internet ahora tienes más fácil nuestro rastreo, puedes ver la página de donde trabajo, buscar nuestros nombres y saber si hemos dejado algún rastro en algún comentario de cualquier página, sigues la trayectoria de los huracanes para mandar refuerzos y protección. Nos tienes muy bien localizados. Incluso puedo imaginar el momento en que en cualquier lugar del mundo, por ejemplo... Martinsville (por decir algo), sentado tranquilamente, buscando información en internet sobre "cómo convertir a un loro parlanchin en ave mensajera", de repente y sin saber cómo das con esta página, con este Blog dedicado a ti. 

No sé si tú y mi mamá recuerden que una vez uno de ustedes hizo un comentario sobre el por qué no estudiaba yo para detective, me acuerdo muy bien de eso y nunca he dejado de pensarlo, se me da muy bien lo de sospechar sin equivocarme, investigar y sacar coclusiones, atar cabos sueltos, seguir pistas... descifrar el lenguaje de las aves.

Aunque al final de mi investigación resulte que toda esta teoría no es verdad me quedaré tranquilo, sé que tú también te acuerdas de nosotros y de vez en cuando nos visitas en forma de sueños. Eso sin contar que al ave que me encuentre la próxima vez junto a la ventana sea un loro en lugar de un pajarillo.


Eternamente inocente (Fangoria)